Páginas

martes, 27 de noviembre de 2012

Fábulas y parábolas



Las FÁBULAS (del latín ǎǜļá, fabüla, del verbo "for" o "fatum"que significa, hablar o contar) son composiciones literarias breves en las cuales los personajes casi siempre son personificaciones (animales que presentan características humanas como el habla). Estas historias concluyen con una enseñanza o moraleja de carácter instructivo, que suele figurar al final del texto.
         Las FABULAS no deben confundirse con la PARABOLA o relato simbólico, ni con el discurso o SERMÓN PARENÉTICO, cuya intención es exhortar a seguir una conducta ética y por ello recurre con frecuencia a este tipo de procedimientos. Se les llama también cuentos de animales.
         Las FABULAS se diferencian de los APOLOGOS en que éstos son más generales y en ellos pueden intervenir además hombres y personajes, tanto animados como inanimados. Pueden estar escritas en prosa o verso. Las fábulas y los apólogos la utilizaron desde la Antigüedad grecorromana los esclavos pedagogos para enseñar conducta ética a los niños que educaban.
En la antigüedad griega, la primera fábula, conocida como la fábula del ruiseñor, la contó Hesíodo a comienzos del siglo VII a.C. Sócrates entretuvo sus últimos días poniendo en verso las fábulas de Esopo. Demetrio de Falero publicó la primera colección de fábulas históricamente atestiguada, que se ha perdido, pero que dio lugar a innumerables versiones. Una de ellas, fusión de varios manuscritos, data probablemente del siglo I después de Cristo, y es la llamada Augustana.
Dos mil años antes de nuestra era la fábula ya se cultivaba en Mesopotamia. Unas tablas de arcilla provenientes de bibliotecas escolares de la época cuentan brevemente historias de zorros astutos, perros desgraciados y elefantes presuntuosos.
Esta colección se conoce como las Fábulas de Esopo, un esclavo semilegendario de Asia Menor, de quien apenas se sabe que fue vendido como esclavo en Samos al filósofo Janto, quien le prometió repetidas veces la libertad y la obtuvo al fin gracias a una intervención popular.
Existe una colección de fábulas escritas por Nicóstrato con intención educativa en el siglo II, y también otros sofistas. De Grecia la fábula pasó a Roma; Horacio escribió en Sátiras, II, 6, una memorable, la del ratón del campo y el ratón de ciudad; Fedro, siguiendo ese precedente, transformó el género en prosa en un género poético en verso.
En el siglo IV el poeta romano Flavio Aviano escribió unas cuarenta fábulas, en su mayor parte adaptaciones de las de Fedro, pero otras no atestiguadas por ninguna tradición y quizá elaboradas por él mismo; las fábulas de Aviano circularon mucho en la Edad Media, porque a diferencia de las de Fedro no son nunca licenciosas y su métrica, en la que abunda el hexámetro leonino, facilita el recuerdo.

Muchos fabulistas famosos

Durante el Renacimiento las fábulas despertaron el interés de los humanistas; Leonardo da Vinci, por ejemplo, compuso un libro de fábulas. Un fabulista famoso es Jean de La Fontaine, cuyas fábulas todavía se recuerdan, al igual que se recuerda al escritor dieciochesco Florian (1755-1794) y al español Félix María Samaniego, sobrevivientes del género entre tantos otros fabulistas que se fueron quedando en el olvido. En Portugal se cultiva la fábula Sá de Miranda.
El jesuita François-Joseph Desbillons, profesor, produjo quinientas sesenta. Boisard publicó una colección con mil y una. Jean-Pons-Guillaume Viennet publicó en 1843 fábulas que escribió a lo largo de toda su vida. Incluso Napoleón, antes de ser consagrado emperador, compuso una juzgada bastante buena en su época. Estos y otros fabulistas de los siglos XVI y XVII cayeron en el olvido, junto con sus fábulas, entre quienes se menciona a Guillaume Guéroult, quien parece haberse especializado en este género con Le Blason des Oyseaux (1551), Les Hymnes du Temps et de ses parties (1560) y Les Figures de la Bible (1564), compuestos bajo el mismo modelo de un grabado acompañado de una corta pieza en verso.  FELIX MARÍA SAMANIEGO

Fábulas famosas

LA LECHERA
(FELIX MARÍA SAMANIEGO)

EL OSO, LA MONA Y EL CERDO

Muchas son las fábulas que aún perduran en el inconsciente colectivo a través de los siglos. Entre ellas son famosas El Gato y El Ratón, La lechera,  El cabrito y el lobo, La Zorra y las Uvas, La Cigarra y la Hormiga, la Liebre y la Tortuga.

El Gato y el Ratón -_-
Había una vez un pequeño ratón, que vivía en la casa de una mujer vieja. La señora, que temía de estas criaturas, colocó muchas trampas para matar el ratón. El ratón asustado le pide ayuda al gato de la mujer. 
-¿Podrías ayudarme, lindo gatito?-le dijo al gato
-Si... ¿En qué?- respondió este
-Solo quita las trampas de la casa-dijo el ratón
-Mmm... y ... ¿que me das a cambio?-dijo el gato
-Finjo ante la señora que estoy muerto, ya que tú me has matado, ella creerá que eres un héroe-respondió el ratón
-Me has convencido-dijo el gato
El gato sacó las trampas de la casa, pero el ratón nunca cumplió su parte del trato. Un día la señora descubrió que fue el gato quien saco las trampas, ella muy enojada decide dejar al gato en la calle. Moraleja: "No confíes en todo lo que oyes".

EL CABRITO Y EL LOBO

La Parábola

La voz parábola (del latín parabŏla, y éste del griego παραβολή) es una forma literaria consistente en un relato figurado del cual, por analogía o semejanza, se deriva una enseñanza relativa a un tema que no es el explícito. Es, en esencia, un relato simbólico o una comparación basada en una observación verosímil. La parábola tiene un fin didáctico y podemos encontrar un ejemplo de ella en los evangelios cristianos, donde Jesús narra muchas parábolas como enseñanzas al pueblo.

EL HOGAR DEL HIJO/Los cerdos son mis amigos

Investigación y texto
Elba Romero López

No hay comentarios:

Publicar un comentario